La etapa de hoy no presenta gran dificultad. Hay una subida de piedras, no muy larga, hasta el Alto de Atapuerca, una vez allí si hace un día claro se puede ver la ciudad de Burgos.
En Orbaneja Riopico se puede elegir ir por Villafría o Castañares. La ruta de Villafría es por la N-1, pasando por polígonos industriales. La variante de Castañares, vamos primero rodeando el aeropuerto y una vez en Castañares seguimos por el paseo fluvial del río que lleva hasta Burgos, nosotras elegimos esta opción.
Perfil de la etapa
Monumento a los primeros pobladores, Atapuerca.
Camino al Alto de Atapuerca..
No hacía un día demasiado claro, pero se puede ver un poco Burgos a lo lejos.
Ermita de la Inmaculada, Orbaneja Riopico,
Puente del Cid, Burgos.
Como homenaje de despedida un buen lechazo.
Catedral de Burgos.
En Orbaneja Riopico se puede elegir ir por Villafría o Castañares. La ruta de Villafría es por la N-1, pasando por polígonos industriales. La variante de Castañares, vamos primero rodeando el aeropuerto y una vez en Castañares seguimos por el paseo fluvial del río que lleva hasta Burgos, nosotras elegimos esta opción.
Perfil de la etapa
Monumento a los primeros pobladores, Atapuerca.
Camino al Alto de Atapuerca..
No hacía un día demasiado claro, pero se puede ver un poco Burgos a lo lejos.
Ermita de la Inmaculada, Orbaneja Riopico,
Como homenaje de despedida un buen lechazo.
En el interior de la Catedral se encuentra el Papamoscas.
Cuenta la leyenda que la legendaria Catedral de Burgos recibía todos los días una visita real que vestía de incógnito, se trataba del rey Enrique III el Doliente, que era un fiel cristiano que acudía todos los días a rezar. Un día, el joven rey se encontraba rezando, cuando al levantar su mirada, vio a una hermosa dama que se había arrodillado frente a la tumba de Fernán González. De vez en cuando el joven la miraba. Cuando la muchacha se dispuso a salir de la catedral y pasó por su lado cruzó una fugaz mirada con el rey. Todos los días, el rey cuando entraba en la Catedral de Burgos, buscaba con su mirada a la bella mujer. Su corazón solamente se reconfortaba cuando la veía orar frente a la tumba. Durante largo tiempo la siguió hasta su casa sin ser capaz de hablar con ella. La timidez tan profunda que padecía el rey le impedía dirigirse a la joven. Pero la muchacha, que se había dado cuenta que era observada dentro de la catedral y era seguida todos los días a su casa, decidió intentar que el joven rey le dedicara unas palabras de esperanza. Cuando la hermosa mujer pasó a su lado dejó caer disimuladamente su pañuelo a los pies del joven. Enrique III se apresuró a recogerlo pero en lugar de devolverlo lo guardó a la altura de su pecho. Con una leve sonrisa, pero sin mediar palabra, el rey dio a la joven un pañuelo suyo. La muchacha esperó que él le dijera algo pero éste bajó la mirada y no supo pronunciar palabra alguna. Cerrando sus ojos llorosos, la muchacha se dio la vuelta y se dispuso a salir. Pero antes que llegara a la puerta emitió un lamento tan desgarrador que el eco de la catedral se encargó de hacerlo, aún más, ensordecedor. El rey, al día siguiente, fue a la catedral, pero nunca más la muchacha regresó. Un día, decidió ir a casa de la muchacha y los vecinos le dijeron que allí no vivía nadie, porque había muchos años habían muerto todos los habitantes de la casa por la peste. El rey, muy triste, encargó que hicieran una estatua encima del reloj y que, cuando tocaran las horas, hiciera el mismo lamento que el de la muchacha.
Fuente de Santa María.
Monumento al peregrino, Burgos.
El Camino no está reñido con escuchar buena música. Garito muy bien ubicado, muy cerca de la Catedral.
Durante las etapas fuimos conociendo a gente y en Burgos volvimos a coincidir con alguna de estas personas. Así que aprovechamos la ocasión para ir todos juntos de tapeo y de paso para despedirnos ya que nosotras volvíamos para casa al día siguiente. Este brindis va por todo lo vivido, por lo que nos hemos reído, por el frío que hemos pasado y por alguna lesión que se llevó Encarna. Pero aún así deseando retomar el Camino.
Alojamiento: Albergue Municipal de Peregrinos. Muy grande y muy nuevo. Está justo detrás de la Catedral. No tiene cocina.
Burgos es una ciudad preciosa, y la Catedral es espectacular.
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