En esta etapa, tras interminables días de meseta, a partir de Hospital de Órbigo, volvemos poco a poco al terreno montañoso.
Justo a la salida de Hospital de Órbigo tenemos dos opciones: una que pasa por las aldeas de Villares de Órbigo y Santibáñez de Valdeiglesias, por solitarios y agradables caminos entre bosques y campos de cultivo y la segunda que avanza junto a la nacional N-120. Aunque la primera opción es 1,2 km más larga, es la que haremos.
Poco antes de llegar a San Justo de la Vega encontramos la Casa de los Dioses.
Monumento al peregrino, San Justo de la Vega.
Entrada a Astorga.
Catedral de Astorga.
Mural en una fachada de las típicas mantecadas de Astorga.
Paramos para descansar un poco y tomarnos un vinito.
Astorga es un final de etapa clásico, pero nosotras decidimos continuar hasta Castrillo de los Polvazares, de donde es originario el cocido maragato,
Murias de Rechivaldo.
Impresionante cocido maragato que nos metimos entre pecho y espalda.
Arquitectura típica maragata.
Castrillo es un pueblo muy bonito para visitar pero no para quedarse. Está lleno de restaurantes que cierran a las 16,30. Vimos un bar pero estaba cerrado. Nosotras estuvimos a principios de mayo, no sé si en verano habrá más vida. Es un pueblo desierto.
Alojamiento: Albergue de Castrillo de los Polvazares, municipal. Para recoger la llave tienes que ir a una casa rural. Es pequeñito, tiene comedor y cocina equipada. Estuvimos las 2 solas en el albergue.
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